El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) gana la mayoría de las alcaldías en las elecciones municipales del 8 de diciembre en Venezuela. Sin embargo, la oposición obtiene el triunfo en las principales ciudades del país, demostrando que este resultado electoral es una victoria política de las fuerzas de la oposición representadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Fuente: Consejo Nacional Electoral.

El significado de las municipales

En las últimas elecciones presidenciales celebradas en Venezuela, el 14 de abril de 2013, Nicolás Maduro triunfó por un poco más de 200 mil votos, lo que significa una ventaja de alrededor del uno por ciento sobre el candidato opositor, Henrique Capriles Radonski. Esta realidad, llevó a ambos bandos a definir objetivos claros en las siguientes elecciones celebradas el 8 de diciembre.

Por un lado, para el presidente Maduro y el PSUV, las elecciones municipales significarían una oportunidad en la cual demostrar que el chavismo se mantiene sólido y que sigue siendo un proyecto de grandes masas. También demostrar que el triunfo de Maduro y el chavismo fue legítimo, a pesar de las numerosas denuncias registradas el día de la elección.

Por otra parte, para la oposición liderada por Capriles y la MUD, se convirtió en su principal objetivo demostrar que el triunfo electoral de Maduro del 14 de abril fue alcanzado por medio de un uso sin límites de los recursos del Estado, junto al abuso del luto y la conexión emocional que rodeó las semanas siguientes repletas de actos en honor a la memoria de Hugo Chávez. En este sentido, para ambos dirigentes las elecciones municipales significarían un nuevo espacio de medición de fuerzas.

Sobre los resultados

En las elecciones municipales del 8 de diciembre en Venezuela se escogieron 337 alcaldes a lo largo del país. Según las cifras del primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), el PSUV obtuvo un 44,16 por ciento de votos y la oposición, representada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), un 40,96 por ciento. En cifras absolutas, fueron unos 300.000 votos de diferencia. Sin embargo, el PSUV sumado con sus aliados alcanzan alrededor del 49 por ciento de los votos. Y por otro lado, la MUD y los independientes, que suman alrededor de un 8 por ciento, si se suman, también alcanzan alrededor del 49 por ciento. En este sentido, vemos que el país sigue dividido en dos mitades, entre el país que quiere la continuación del modelo chavista, y otra mitad que lo rechaza.

Ahora bien, leer los resultados solo por el número de alcaldías obtenidas por cada bando no parece ser la mejor manera. Si este fuera el caso, el PSUV obtuvo el triunfo en 240 alcaldías de las 337 disputadas. Sin embargo, la MUD obtuvo el triunfo en las alcaldías ubicadas en las ciudades más importantes del país.

No solo eso, la oposición sostuvo en su poder las alcaldías que ya tenía en su mano como Maracaibo, Mérida, San Cristóbal, Ciudad Ojeda y el Distrito Metropolitano de Caracas, menos Ciudad Bolívar. Al interior de Caracas, la oposición sostuvo sus cuatro bastiones en el centro y este de la ciudad: Sucre, Baruta, Chacao y el Hatillo. Pero además, le arrebató al PSUV cuatro grandes ciudades: Valencia, Barquisimeto, Maturín y Barinas, ciudad natal de Chávez.

La pérdida de Barinas es emblemática. Es una ciudad que no tiene mucho peso desde el punto de vista político-económico. El valor simbólico que tiene Barinas no es sólo por ser la cuna de Hugo Chávez, sino también porque su hermano Adán Chávez es gobernador. En este sentido, el hecho de que dentro de su propio terreno la oposición le haya arrebatado una de sus joyas más preciadas tiene un valor adicional.

El reto del gobierno

Estos resultados revelan el rechazo del país al autoritarismo y al modelo de país que el Gobierno quiere imponer con el abuso de los medios del Estado y de los poderes públicos, en una campaña en donde el ventajismo del oficialismo se hizo evidente hasta dentro del mismo Consejo Nacional Electoral (CNE), señalado públicamente por Vicente Díaz, uno de sus rectores principales: "Esta campaña ha sido la más ventajista en los últimos años".

La pérdida de poder en varias de las grandes ciudades son una demostración más de que el proyecto bolivariano tiene una gran resistencia en los centros urbanos y en la clase media, lo cual constituye un cuestionamiento a la gestión de Maduro y a la imposición de un modelo socialista que debe reevaluarse a sí mismo.

Por otro lado, está el reto económico y el agotamiento del sistema financiero venezolano. Seguir financiando el funcionamiento del Estado a través de la emisión de dinero inorgánico, o continuar regulando cada vez más y nuevos rubros de la economía es insostenible. La inflación de Venezuela es de las más altas de América Latina, llegando a alcanzar alrededor de un 50 por ciento durante el 2013. Si no hay una apertura al diálogo con los sectores productivos y una flexibilización de la ruta autoritaria, el chavismo seguirá perdiendo espacios claves para mantener su hegemonía.

Los retos de la oposición

Lo primero que debe hacer la oposición es reconocer el logro y los avances en las elecciones municipales. Haber sostenido sus bastiones y alcanzar nuevos espacios forman parte de una victoria electoral en un país donde se compite contra la hegemonía del Estado y contra todo un aparataje mediático con recursos ilimitados.

Los dirigentes de la oposición deben subrayar los resultados como un triunfo necesario, que abrirá nuevos espacios y dará mayor visibilidad a la oposición para demostrar que con una excelente gestión administrativa de los municipios el país podrá entregarle progresivamente su confianza a este nuevo liderazgo.

También deben resaltar que es posible competir y ganar las elecciones con las reglas de juego del Gobierno. Los resultados obtenidos demuestran que la oposición puede perder en los centros electorales en los cuales no tiene suficiente presencia -como en el interior del país. Sin embargo, acaban con el mito de que el chavismo es invensible en las urnas.

Uno de los retos más importantes que tienen los dirigentes de oposición es profundizar su presencia en zonas rurales. Conquistar las grandes urbes tiene un significado simbólico innegable, pero en los espacios rurales es donde se encuentra la mayoría de la población con bajos recursos, y la presencia de los partidos políticos de la MUD no es suficiente para competir contra la poderosa maquinaria del Estado.

¿Y ahora qué?

Las elecciones municipales del 8 de diciembre estuvieron marcadas por un ventajismo y abuso oficial por parte del gobierno que sigue tendiendo una nube gris sobre la legitimidad y transparencia del CNE. La falta de regulaciones y controles del uso de los recursos del estado-partido ha sido tan evidente que ha despertado presiones internacionales así como del comando de campaña de la MUD, que ha solicitado reiteradas veces una auditoría de las máquinas de votación que hasta los momentos no ha sido posible lograr.

Lo cierto es que los resultados electorales anunciados por el CNE marcaron el inicio de un nuevo mapa político en Venezuela. El 2014 estará caracterizado por una oposición consolidada y mucho más confiada, que ahora cuenta con muchos más espacios de poder y visibilidad a través de los cuales podrá demostrar su capacidad administrativa de gestión al resto del país.

Por su parte, el gobierno de Maduro intentará avanzar en la implementación del Estado comunal y en profundizar el camino al Socialismo del Siglo XXI, iniciado por Hugo Chávez. Sin embargo, los resultados obtenidos en las municipales no terminan de entregarle la legitimidad absoluta y necesaria para continuar profundizando el proyecto socialista en Venezuela.

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